Dios escucha a quienes le buscan

“Bien sabemos que Dios no escucha a los pecadores; solamente escucha a los que lo adoran y hacen su voluntad.” Juan 9: 31 DHH

Compartíamos en una reunión social con una madre muy amorosa que estaba con sus tres hijos, ella disfrutaba de los abrazos y besos de sus retoños. De pronto nos percatamos que la señora dedicaba más tiempo a uno de ellos, al más pequeño del grupo, y le preguntamos el porqué de esta preferencia.

Ella nos dijo que no veía que hiciera diferencia y sólo atinó a decirnos “No lo consiento más que a los otros, él solamente es más cariñoso que los demás”.

Al igual que esta madre afectuosa, Dios no tiene hijos consentidos, sólo tiene hijos que son más cariñosos, más amorosos, que buscan fervientemente de su presencia, que anhelan servirle y adorarle en Espíritu y Verdad. La Biblia nos cuenta de varios personajes que buscaron siempre acercarse a Dios.

Gente como Abel, que fue un buen adorador y buscaba dar su mejor ofrenda al Creador. Como Enoc, que fue un hombre fiel y caminó junto a Jehová. Como Ana, que en la aflicción de su esterilidad, acudió con fe y Dios le contestó dándole la descendencia solicitada. Como David, que cantaba y danzaba, el Señor dijo que tenía el corazón conforme a Su corazón.

Como María, que aceptó Sus designios aunque no entendiera la grandeza que nacería de su vientre.

Como Jesús, que obedeció a Su Padre hasta la muerte, y muerte de cruz.

La oración es el medio por el cual llegamos a Dios, y el favor de Jehová será el reflejo de nuestra comunión con Él. Nuestro Padre Celestial escucha “a los que lo adoran y hacen su voluntad” V.31 y si queremos ver la Gloria de Dios como consecuencia de nuestra petición, debemos entender que mientras más le buscamos y estamos dispuestos a negarnos por Él, más le estamos agradando y acercándonos a Su respuesta divina.

Peticiones de oración

  • Seamos fieles adoradores de Dios, que nuestra alabanza sea con amor.
  • Que podamos tomar el ejemplo de otros que buscaron del Señor y le encontraron.
  • Busquemos al Padre con un corazón limpio y dispuesto

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