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El sí y el amén

“Porque todas las promesas de Dios son en él (Cristo) Sí, y en él (Cristo) Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.” 2ª Corintios 1:20

“Dios nos ha dado promesa, lluvias de gracia enviaré, dones que os den fortaleza, gran bendición os daré: Lluvias de gracia.” Así dicta el bello himno que la iglesia de Cristo ha entonado por muchos años. Sin lugar a dudas que Dios nos envía lluvias de gracia.

Hay que estar apercibidos para ello, porque si no activamos nuestra fe, muchas de esas lluvias no caerán sobre nosotros. Se ha puesto usted a pensar ¿Por qué Isaac no vio cumplidas muchas de las promesas que Dios le hizo a su padre Abraham y Jacob sí? Simplemente porque Jacob activó el cumplimiento diciendo: Sí, Amén, que se cumplan en mí.

Dios ha reservado bendiciones mil, pero son los que actúan en fe, aquellos que yendo tras ellas las alcanzan. Entérese de cuántas promesas Dios ha dado, pero diga a ellas: Son para mí y los míos.

Diga Sí, Amén, mi Señor Jesús las ganó para que yo las viva.

No se trata de recibir, recibir y recibir; se trata de vivir, vivir, vivir en función de lo que creemos. Sólo por nuestro Señor Jesús se hace posible la bendición para el que cree, porque él fue quien triunfó en la cruz del calvario.

Crea en su Señor Jesús, entienda lo que él hizo por usted, escudriñe lo que implica recibir lo que él ofrece y sírvale con pleno ahínco y gratitud constante.

La garantía de que él cumple es que usted ha recibido su espíritu Santo para que crezca y profundice en la fe (v. 21, 22)

  • Peticiones de oración

Active su fe y derrote la pasividad buscando cumplir las promesas
Interésese en que Dios lo use para bendecir a otros, créale a Dios
Invierta tiempo, recursos y destrezas en áreas específicas del servicio

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