“Oye, oh Jehová, una causa justa; está atento a mi clamor. Escucha mi oración hecha de labios sin engaño.” Salmos 17:1
Una expresión muy peculiar que se ha popularizado para evidenciar la realidad de una cantidad significativa de familias, donde la relación conyugal de una pareja, trajo consigo iniciar nuevos espacios de convivencia, para quienes en otro momento formaban parte de un núcleo familiar distinto.
Esta realidad enfrenta diversos desafíos, donde la aceptación, integración, juegan un papel central, a quienes se ven enfrentados en procesos donde la comprensión y paciencia, aportarán de forma definitiva para ir construyendo una familia, donde la consanguinidad no es el único elemento de vínculo.
Superar los primeros obstáculos, propios de una interacción donde el conocerse pasa por diversas fases, permitirá que el temor, recelo, actitudes propias de una primera etapa, puedan acortarse, cuando la confianza se vaya gestando al exponerse a un acompañamiento mutuo que les permita descubrirse unos a otros.
En este camino muchos sucumben, otros salen airosos, cultivando aquellas virtudes imprescindibles para conservar un vínculo que dio vida a una familia. Donde el punto de encuentro es el deseo de salir adelante, al haber experimentado un fracaso que en el pasado los marcó, dejando huellas, que en algunos casos están muy frescas.
La convicción de amarse siempre será el nexo para una unión conyugal, en este caso, donde ambos vienen con experiencias previas; hijos de otros compromisos, requiriéndose el amor como la única fuerza que puede ir pegando piezas, que al haber pertenecido a otro rompecabezas; deben recibir una forma, donde la armonía muestre un milagro llamado familias ensambladas, familias diversas, al final lo hermoso, no es como las llamemos, sino reconocerlas por lo que son, familias.
Peticiones de oración
Amado Dios, te entregamos nuestras familias ensambladas, que son diversas y hermosas. Gracias por enseñarnos a orar, confiamos y descansamos en tu soberana voluntad.
Ayúdanos Señor a doblar nuestras rodillas ante ti, todos los días, para poder permanecer de pie frente a los problemas que debemos enfrentar.