“La familia está llamada a ser templo, o sea casa de oración, una oración sencilla,
nos llena de esfuerzo y ternura. Una oración debe hacerse vida, para que toda la vida
se convierta en oración.” JUAN PABLO II
La familia está conformada por un grupo de personas que comparten un proyecto vital de existencia en común. Están ligados con fuertes sentimientos de pertenencia, donde se apoyan, se sostienen y se animan los unos con los otros.
Hace un tiempo atrás fui maestra de la Escuela Dominical, enseñaba a niños de entre seis y ocho años, y en una clase les abordé el tema de la familia. La dinámica era compartir las diferentes situaciones y experiencias que les tocaba vivir a cada uno de ellos con relación a su vida familiar.
Algunos mencionaban con alegría que sus padres eran personas que los respetaban y los amaban mucho, y que oraban con ellos y por ellos. Otros en cambio, con tristeza y con lágrimas, decían que los agredían y los lastimaban constantemente y que nunca los vieron orar por ellos.
Historias como estas son las que a diario se repiten en diferentes hogares, y esto nos recuerda que cada uno de nosotros tenemos responsabilidades y roles que cumplir. Los hijos: obedecer, dejarse orientar y guiar por sus padres. Los padres: guiar bien a los hijos y precautelar su integridad.
Es en la familia donde se cultivan los valores y los buenos hábitos, por lo tanto es allí donde debería iniciarse nuestra primera experiencia con Dios. Orar juntos, leer la Palabra, hará de nosotros, una familia fuerte, y con bases firmes y saludables para esta generación y para las venideras.
LA VIDA DE FE, EMPIEZA EN CASA
Peticiones de oración
• Pidamos al Señor por la unidad familiar.
• Oremos por un avivamiento y despertar espiritual al interior de la familia.
• Clamemos a Dios por sanidad integral.