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Una relación, una familia, varias generaciones.

“Trayendo a la memoria, la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también” 2 Timoteo 1:5

El apóstol Pablo escribe a las iglesias que se están iniciando, producto de la evangelización, y habla en una de sus cartas acerca de la fe no fingida de tres generaciones: una abuela, una madre y un nieto, Loida, Eunice y Timoteo.

Una fe que se compartió, que se cultivó y se vivió cada día en este hogar, que seguramente pasó pruebas muy difíciles debido al abandono y a la no presencia del padre, más sin embargo la fe férrea de estas dos mujeres guiadas por el Espíritu de Dios y fortalecidas por saber en quién habían creído, hizo que éstas tres generaciones sean dignas de ejemplo y logren pasar a la historia.

Mujeres que no perdieron de vista su relación espiritual, que perseveraron en la fe porque sabían en quien habían creído y luego reciben un galardón gigantesco, como premio por su fidelidad, una bendición grande para su hijo Timoteo al ser llamado por Dios para ejercer la noble tarea del pastorado. Estoy seguro que esta madre y abuela estaban agradecidas por lo que sucedió en sus vidas y ahora en la vida de su hijo y nieto respectivamente.

Y es que Dios nos ha ofrecido bendiciones hasta la tercera y cuarta generación.

Ahora la tarea que nosotros debemos cumplir es la de no desmayar en enseñar los principios que están en la Palabra de Dios. Seamos fieles, no nos detengamos nunca de hacer el bien. ¡Amén!

Aplicación:

Ten una fe genuina. Nunca desmayes de hacer el bien. Repite, repite, repite las escrituras y grábalas en tu corazón

Peticiones de oración

Pídele fe a Dios.
Dile a Dios que quieres dejar huellas de bendición.
Ora por tus generaciones

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