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El desafío de esta década

Las estadísticas indican que al final de la década que estamos viviendo el 70% de la población estará conformada por niños, adolescentes y jóvenes. Definitivamente esta noticia es un desafío para la humanidad y por supuesto, un llamado urgente a la iglesia del Señor a poner atención e invertir sus recursos en las Nuevas Generaciones.

Al ver esta cifra, inmediatamente viene a mi mente la pregunta, si como Iglesia ¿Estamos preparados para asumir este gran desafío, o simplemente pasará desapercibido ante nuestros ojos, y “El mundo” será el virtual ganador, llevándose como premio las vidas de esta generación emergente?

Lamentablemente los medios de información nos muestran cada vez más casos de suicidios, abortos, embarazos no deseados, drogadicción y delincuencia en el ámbito infantojuvenil, escenario que no debería ser ajeno, pues probablemente varios de nosotros tengamos a un familiar o amigo que haya vivido cercanamente una situación de estas. Entonces, ¿Cómo podremos responder ante este reto que se nos plantea?

La Palabra de Dios dice en Proverbios 22:6: “Dale buena educación al niño de hoy, y el viejo de mañana jamás la abandonará” (Versión DHH). Este pasaje nos muestra que nuestro desafío con las Nuevas Generaciones es una acción inevitable con una recompensa inigualable y es un mandato divino que debe ser enfocado a la enseñanza de la Palabra de Dios, a instruirlos en su diario caminar, pero no debe ser cualquier instrucción dada al azar, la Biblia nos manda a educarlos, esto quiere decir, a impartir algo que primeramente hayamos recibido, y la mejor manera de hacerlo es con nuestro ejemplo, con nuestro testimonio, y es que si muchos creyeron en Jesús al ver sus milagros, qué impedirá que otros más puedan creerle al ver el “Milagro de Dios” reflejado en nuestras vidas.

Seamos modelos para aquellos que vienen detrás de nosotros, trabajemos con ellos y formémoslos con valores que nosotros también practiquemos, y al final de la jornada veremos con felicidad el fruto de nuestro esfuerzo reflejado en vidas transformadas y comprometidas con Dios, que según la promesa de este hermoso salmo, caminarán firmes hasta el final de sus días.

Peticiones de oración

  • Que nuestras Iglesias se llenen de jóvenes, para que vivan conforme vivió Jesús.
  • Que tengamos una pasión desbordante por las nuevas generaciones.
  • Que nuestro testimonio sea de bendición para los adolescentes y jóvenes de nuestra
    iglesia

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