“Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.” Marcos 9:23 RV1960
No hay nada que me encante más que los desafíos espirituales, aquellas situaciones intensas cuando tengo barreras en frente de mí esperando ser derribadas.
En la vida cotidiana no suelo ser arriesgado, pero cuando miro las cosas en el plano espiritual, no lo pienso y me lanzo ciegamente, confiando en la Palabra de Dios y en este precioso versículo que ha sido mi lema en los últimos años. Y es que los ojos del cuerpo no pueden ver lo que nuestros ojos espirituales perciben, por eso debemos ser más sensibles y estar atentos a lo que Dios quiere mostrar a nuestras vidas.
Un padre trae a su hijo frente a Jesús para que lo libere de un espíritu mudo que lo atormentaba. Momentos antes, los discípulos del Señor habían intentado de diversas formas expulsarlo pero no pudieron. “El hijo del carpintero” es la única esperanza para este padre angustiado. Él es accesible y escucha, atiende lo que el hombre le cuenta acerca de su hijo. Acepta ayudarle, pero pide al progenitor un sólo requisito. Jesús le lanza una pregunta que para muchos podría ser un poco ligera y hasta insignificante.
“¿Puedes Creer?” pasa de ser una simple frase y se torna en una cuestión espiritual con mucho valor. De la respuesta del padre dependería el resultado a su petición. Cristo estaba midiendo su fe.
El tamaño de nuestra fe será siempre directamente proporcional al tamaño de nuestras bendiciones.
Si Creemos en lo que Dios puede hacer en nuestras vidas, no habrá límites para nosotros. Podremos dar saltos gigantescos, sobrepasar barreras y hasta derribar gigantes. Nada puede contener a un Hijo de Dios que abunda en Fe, pues Dios va con él y lo respalda en su petición.
Peticiones de oración
- Que podamos cerrar los ojos corporales para empezar a ver con ojos espirituales.
- Que tengamos una fe ciega en Dios, confiando plenamente que Él hará la obra.
- Que nuestra fe abunde a tal punto que pueda bendecir a otros.