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Padre perdónalos porque no sabenlo que hacen

“Yo soy tu refugio y tu fuerza, soy tu poderoso defensor en el peligro” Salmos 45:1,2

Los refugiados en la guerra del Yihad han llegado a ser cerca de 1 de cada 7 en Jordania, historias desgarradoras de familias brutalmente asesinadas son el cuadro constante que oímos en los noticieros cristianos o televisión local, cientos de cristianos son perseguidos por declarar a Cristo como su Señor.

Una de esas historias, es la que vivió una mujer cristiana en un país de medio oriente, intentando vivir en medio de la guerra, salió de casa para traer comida a sus hijas, tomando todas la seguridades, pero al volver sus hijas habían sido mortalmente golpeadas y quemadas por los extremistas del Yihad, esta madre desesperada logró llegar con una de sus hijas al hospital en un fallido intento por salvar su vida, su hija antes de morir lo único que logro decir fue… “Mami, debemos perdonarlos”.

Es triste saber que hay millones de personas que viven en refugios, algunos están lejos de lo que algún día fue su hogar o su país, otros morirán en el intento de encontrar ayuda.

Muchos de nosotros perdemos el sentido de la misericordia al solo ver estos casos por los medios de comunicación, y sentimos que estas imágenes son tan lejanas, y solo nos tocan por unos minutos y continuamos con nuestras actividades o labores cotidianas y olvidamos a aquellos que están pasando por tanto dolor.

Una de las mejores fotos tomadas en el mundo, fue de un pequeño niño que se había arrastrado varios kilómetros en busca de un refugio, un fotógrafo lo vio en el camino y le tomo la foto, pero no lo ayudo a llegar.

Las lágrimas de los Santos no serán en vano, después de persecuciones extremas en la historia de la iglesia muchos llegaron a conocer de Cristo…

Peticiones de oración

  • Pidamos por la iglesia perseguida, por aquellos niños que han perdido a sus padres y
    por los miles de refugiados que han sido esparcidos por el mundo que pueda llegar
    a ellos tu palabra.
  • Por las iglesias y organizaciones misiones que hacen labor humanitaria, llevando el
    amor de Cristo.
  • Que la iglesia en el mundo pueda mirar con compasión e interceder por protección
    por los cristianos que aún viven secretamente en los países de persecución extrema
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Que la incredulidad no te detenga

“Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.” Marcos 9:23 RV1960

No hay nada que me encante más que los desafíos espirituales, aquellas situaciones intensas cuando tengo barreras en frente de mí esperando ser derribadas.

En la vida cotidiana no suelo ser arriesgado, pero cuando miro las cosas en el plano espiritual, no lo pienso y me lanzo ciegamente, confiando en la Palabra de Dios y en este precioso versículo que ha sido mi lema en los últimos años. Y es que los ojos del cuerpo no pueden ver lo que nuestros ojos espirituales perciben, por eso debemos ser más sensibles y estar atentos a lo que Dios quiere mostrar a nuestras vidas.

Un padre trae a su hijo frente a Jesús para que lo libere de un espíritu mudo que lo atormentaba. Momentos antes, los discípulos del Señor habían intentado de diversas formas expulsarlo pero no pudieron. “El hijo del carpintero” es la única esperanza para este padre angustiado. Él es accesible y escucha, atiende lo que el hombre le cuenta acerca de su hijo. Acepta ayudarle, pero pide al progenitor un sólo requisito. Jesús le lanza una pregunta que para muchos podría ser un poco ligera y hasta insignificante.

“¿Puedes Creer?” pasa de ser una simple frase y se torna en una cuestión espiritual con mucho valor. De la respuesta del padre dependería el resultado a su petición. Cristo estaba midiendo su fe.

El tamaño de nuestra fe será siempre directamente proporcional al tamaño de nuestras bendiciones.

Si Creemos en lo que Dios puede hacer en nuestras vidas, no habrá límites para nosotros. Podremos dar saltos gigantescos, sobrepasar barreras y hasta derribar gigantes. Nada puede contener a un Hijo de Dios que abunda en Fe, pues Dios va con él y lo respalda en su petición.

Peticiones de oración

  • Que podamos cerrar los ojos corporales para empezar a ver con ojos espirituales.
  • Que tengamos una fe ciega en Dios, confiando plenamente que Él hará la obra.
  • Que nuestra fe abunde a tal punto que pueda bendecir a otros.
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Cuida tu corazón, cuida tu bendición

“Si mis intenciones fueran malas, Dios no me habría escuchado ¡pero Él me escuchó y contestó mis oraciones!”. Salmos 66: 18-19 TLA

Cuidar el corazón no es un simple consejo dado a la ligera, es un principio de vida para cada creyente y para cada ser humano. Dice la Palabra de Dios en Proverbios 4:23 “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”.

El corazón representa el lugar donde se alojan nuestras pasiones, nuestros deseos más profundos, es allí donde se activan nuestras buenas acciones y donde se maquinan nuestros peores pensamientos.

Es un lugar donde se vive un lucha continua entre el bien y el mal, por eso se nos recomienda tener cuidado de él y aprender a conocerlo (Jeremías 17:9)

Dios conoce nuestro ser y cada pensamiento que tenemos, es por esto que no podemos esconder nada delante de Su presencia. Somos hechura suya y como Su creación, nos examina íntegramente.

Por lo tanto ningún pensamiento indebido, nada inapropiado, nada que tenga esencia de maldad será probado por el Rey de Reyes, que nos alejará de su bendición si no andamos en santidad. La Pureza del Señor nunca se podrá mezclar con el pecado, por lo tanto tampoco aprobará acciones reprobables que
nazcan de nuestro corazón.

El Señor bendice al corazón puro y se goza en el espíritu amable que piensa en obrar con bien. Sólo al justo el Señor escucha, al malo lo rechaza y aleja Su oído de él. Sólo al que hace el bien le contestará y le concederá las peticiones más anheladas. No descuidemos nuestro corazón, no dejemos que su apariencia nos engañe. Dediquémoslo al Señor, para que nuestras oraciones sean escuchadas.

Peticiones de oración

  • Señor, permítenos guardar nuestro corazón.
  • Que en nuestro corazón alberguemos buenos sentimientos y pensamientos puros.
  • Que nuestro corazón sea una fuente de vida y de verdad.
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Cultivando el buen nombre

“Vale más el buen nombre que el buen perfume. Vale más el día en que se muere que el día en que se nace.” Eclesiastés 7:1

Nunca podré olvidar la película “Los chicos del coro”. Esta es la historia de unos niños difíciles y de Clément Mathieu, un profesor sustituto y músico aficionado. Él se encuentra con estos niños que no lo aceptan porque estaban cansados del maltrato de sus anteriores maestros, pero que a través de la música logra encontrar un camino para conectarse, porque para él estos niños eran importantes.

Clément consigue acercarse formando un coro estudiantil, descubriendo grandes talentos, compartiendo momentos inolvidables. Ellos a su vez empezaron a responder, cambiaron su mala actitud y poco a poco cumplieron las expectativas del maestro.

Paralelamente el director de la escuela era reacio, no creía en ellos, no encontraba valor alguno en sus vidas, ya que muchos eran huérfanos y venían de sus hogares con malas costumbres. Pero este noble maestro, con mucho amor, dedicación y coraje llegó a los corazones de sus estudiantes, esto obviamente no fue de agrado para el director de la escuela, quien al final lo echa de su cargo como catedrático, sin permitirle despedirse de alguno de los niños.

Separados por la distancia, pero unidos por el corazón, y a pesar de los obstáculos que ellos tenían, lograron encontrar un modo para decirle adiós a su gran maestro y amigo. Improvisaron pequeños avioncitos de papel, que contenían frases de agradecimiento, cariño y afecto, éstos fueron lanzados desde las ventanas de sus cuartos. Desde abajo solo se apreciaban decenas de pequeñas manos despidiéndose.

¡Qué hermosa sensación! mezcla de tristeza y alegría. Aquellos aprendices nunca olvidarán el nombre de su maestro. Con Cristo, tu nombre adquiere un gran valor, marca a otros y deja huellas. Tú puedes ser como este hombre que cambió la vida de aquellos chicos del coro.

Sólo necesitas la ayuda de Dios y así ser mejor cada día. Disfruta las cosas pequeñas y míralas como grandes, con un inmenso valor, tratando de dejar huella en todo lo que haces, no importa cuán sencillo o difícil parezca. Sé alguien que todos quieran recordar.

Peticiones de oración

  • Que podamos ser de motivación para el crecimiento de otras personas.
  • Que nuestras vidas se entreguen al servicio de los demás.
  • Que junto a Cristo nuestro nombre adquiera un valor espiritual y etern
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El desafío de esta década

Las estadísticas indican que al final de la década que estamos viviendo el 70% de la población estará conformada por niños, adolescentes y jóvenes. Definitivamente esta noticia es un desafío para la humanidad y por supuesto, un llamado urgente a la iglesia del Señor a poner atención e invertir sus recursos en las Nuevas Generaciones.

Al ver esta cifra, inmediatamente viene a mi mente la pregunta, si como Iglesia ¿Estamos preparados para asumir este gran desafío, o simplemente pasará desapercibido ante nuestros ojos, y “El mundo” será el virtual ganador, llevándose como premio las vidas de esta generación emergente?

Lamentablemente los medios de información nos muestran cada vez más casos de suicidios, abortos, embarazos no deseados, drogadicción y delincuencia en el ámbito infantojuvenil, escenario que no debería ser ajeno, pues probablemente varios de nosotros tengamos a un familiar o amigo que haya vivido cercanamente una situación de estas. Entonces, ¿Cómo podremos responder ante este reto que se nos plantea?

La Palabra de Dios dice en Proverbios 22:6: “Dale buena educación al niño de hoy, y el viejo de mañana jamás la abandonará” (Versión DHH). Este pasaje nos muestra que nuestro desafío con las Nuevas Generaciones es una acción inevitable con una recompensa inigualable y es un mandato divino que debe ser enfocado a la enseñanza de la Palabra de Dios, a instruirlos en su diario caminar, pero no debe ser cualquier instrucción dada al azar, la Biblia nos manda a educarlos, esto quiere decir, a impartir algo que primeramente hayamos recibido, y la mejor manera de hacerlo es con nuestro ejemplo, con nuestro testimonio, y es que si muchos creyeron en Jesús al ver sus milagros, qué impedirá que otros más puedan creerle al ver el “Milagro de Dios” reflejado en nuestras vidas.

Seamos modelos para aquellos que vienen detrás de nosotros, trabajemos con ellos y formémoslos con valores que nosotros también practiquemos, y al final de la jornada veremos con felicidad el fruto de nuestro esfuerzo reflejado en vidas transformadas y comprometidas con Dios, que según la promesa de este hermoso salmo, caminarán firmes hasta el final de sus días.

Peticiones de oración

  • Que nuestras Iglesias se llenen de jóvenes, para que vivan conforme vivió Jesús.
  • Que tengamos una pasión desbordante por las nuevas generaciones.
  • Que nuestro testimonio sea de bendición para los adolescentes y jóvenes de nuestra
    iglesia
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Un mundo sin visión, sin planificación

Si lanzáramos una flecha al aire, sin rumbo, ni dirección, sería ilógico esperar que ésta llegue a clavarse en un punto previamente determinado. Nada de lo que usted haga al azar tendrá un fin específico, nada que sea improvisado tendrá suficiente éxito como para impactar a otros. No importa cuántas ganas le haya puesto a su emprendimiento, si nunca lo planeó con responsabilidad, tarde o temprano fracasará.

Nuestros jóvenes generalmente tienden a ceder ante la impaciencia. El mal manejo de su tiempo será guía de malas decisiones y de muchas oportunidades perdidas.

A menudo vemos rostros de decepción y frustración en personas que no logran ver sus sueños cumplidos, al parecer, nadie les dijo que para conseguirlo debían trabajar arduamente en ello.

La solución más efectiva para ellos será renovar su mente y darle espacio a la proyección, restándole a la improvisación. El invertir más en la planificación nos dará un gran porcentaje de probabilidades de obtener resultados satisfactorios.

La Palabra de Dios nos relata en Lucas 14: 28 – 30, acerca de una torre que se desea levantar. El evangelista enfatiza en las palabras de Jesús “¿Quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?” ¡Planificación es la sugerencia! Calcular es vital para llegar a la meta. La edificación no deberá quedar inconclusa, es preciso anticipar. Por descuidar algo tan importante, el constructor insensato podría llegar a ser objeto de burla para los demás.

Seamos sabios y compartamos sabiduría a las Nuevas Generaciones. Proyectemos nuestras metas a futuro y tracemos un plan, pensemos en cada detalle, en cada cosa necesaria y pongamos todo en las manos de Dios, permitiéndole que Él nos guíe a dar los primeros pasos. Te sorprenderás cuando se avizoren los resultados.

Peticiones de oración

  • Por las nuevas generaciones, que sean visionarias y trabajadoras.
  • Que la planificación sea una sana costumbre en nuestros jóvenes.
  • Que cada proyecto iniciado, pueda llegar a culminarse, con responsabilidad
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Se busca modelos

“Del mismo modo, anima a los jóvenes a vivir sabiamente. Y sé tú mismo un ejemplo para ellos al hacer todo tipo de buenas acciones.”. Tito 2: 6-7

¿Por qué nuestros jóvenes se están descontrolando día a día? ¿Por qué las nuevas generaciones se están perdiendo y llegando al punto de la degeneración? La respuesta es clara y precisa: Porque sus modelos lo hacen.

La televisión y el Internet ofrecen modelos negativos a las nuevas generaciones, deportistas, políticos, artistas, que al estar al alcance de ellos, los siguen. Aunque te parezca insólito, a nuestra juventud le hacen falta referentes cristianos para emular. Y en verdad… ¡El mundo los reclama a gritos! Necesitamos de hombres y mujeres de Dios que se levanten y sean ejemplos para ellos, que lleguen a ser el modelo que los chicos tanto anhelan, pero que casi nunca encuentran a la mano.

Profesionales, amas de casa, padres, empresarios, comerciantes, gente importante y también personas sencillas, no importa su procedencia o estatus social, tan sólo se necesita que amen a Dios y que muestren a Jesús en sus vidas, imitando sus acciones.

Dios quiere una Iglesia que sirva de “Prototipo de Vida”, para un mundo que muere lentamente sin esperanza. Ese modelo debes ser tú. Tú amigo mío que lees este artículo, que amas al Señor, eres el llamado a empezar este movimiento que aliente a la juventud a creer que en Jesús siempre habrá transformación y vida.

Estas no son sólo nuestras palabras, la Biblia misma te encarga hacerlo. Así que… ¡Manos a la obra!
Peticiones de oración

  • Que nuestros jóvenes tengan discernimiento y sepan elegir buenos modelos.
  • Cuida a la juventud de los modelos que no edifican y que intoxican sus vidas.
  • Permítenos Señor ser modelos de vida para las nuevas generaciones.
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Creer para ver

“Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” Juan 11:40 RV1960

Jesús llega a Betania, allí el panorama es verdaderamente gris. Su amigo Lázaro tiene cuatro días de haber fallecido y sus hermanas están muy afligidas. Gran parte del pueblo había asistido al lugar tratando de dar consuelo y apoyo. María permanece en casa, pero Marta sale al encuentro del maestro.

Ella corre en busca de su gran amigo, de aquel consejero y compañero de batallas que caminó mucho tiempo junto a su difunto hermano y al resto de su familia.

Marta esperaba escuchar una palabra de aliento en ese momento de dolor, pero nunca se imaginó que iba a ser testigo de un evento tan maravilloso que iba a pasar a la historia y lo conocería toda la humanidad. ¡Estaba a punto de presenciar un milagro!

La incredulidad es un mal que persigue al ser humano, nos acosa diariamente, y si le damos la oportunidad termina dominándonos por completo.

Muchas bendiciones hemos perdido, estando muy cerca de obtenerlas, solo por el simple hecho de no haber creído que era posible lograrlo. La incredulidad no proviene de Dios, sino del enemigo que nos acecha, que trata de desviar y apagar nuestra fe.

Ningún pasaje en la Biblia respalda la acción de no creer, más bien la reprocha como algo indebido. Por otro lado, la Palabra de Dios felicita a los que aun sin ver, toman la decisión de creer (Jn 20: 29).

Creer ciegamente es una experiencia sin igual. Es lanzarse al vacío, confiando en que nada malo nos pasará, teniendo la certeza de que el Señor nos sostendrá entre sus manos. Cuando creemos, depositamos toda nuestra fe en algo que no vemos, pero que anhelamos fervientemente.

Es allí cuando dejamos actuar el Poder de Dios y Él nos permitirá presenciar eventos maravillosos.

¡Sólo debes creer y verás la Gloria de Dios!

Peticiones de oración

  • Que tengamos más fe y menos incredulidad.
  • Que podamos lanzarnos en Sus manos, confiando que Dios nos sostendrá.
  • Creamos para que veamos la Gloria de Dios
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Permanezcamos en él

“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho”. Juan 15:7 RV1960

En el transcurrir de nuestras vidas nos encontramos con un sin número de problemas, que pueden adoptar diferentes tamaños. Unos son pequeños, otros grandes y algunos hasta pueden ser gigantes. Todo dependerá de la óptica con que los miramos.

El tratar de resolver estos obstáculos con nuestras propias fuerzas siempre será un desafío que terminará golpeándonos, desgastándonos y dejándonos sin esperanza alguna.

Cada dificultad que experimentemos, por más ínfima que parezca, agobiará nuestro ser si no estamos en Cristo. Pero si permanecemos en Él y Su Palabra mora en nosotros, podremos tener una vida plena y veremos maravillas que antes nadie vio.

Los afanes y los problemas son el “pan nuestro de cada día”, lidiamos con ellos en el trabajo, en el hogar, con los hijos y también en los estudios. La falta de dinero, de estabilidad económica y los problemas de salud nos pueden hacer esquivar la mirada hacia Dios; pero si depositamos nuestra confianza en el Señor, podremos ver concedidas las peticiones de nuestro corazón.

Cuando nuestra búsqueda de Dios es diaria, a través de la oración, de la lectura de Su Palabra y de nuestro tiempo devocional, estrechamos nuestra relación con el Señor, entonces permanecemos en Él y Su Palabra permanece en nosotros.

Esto nos dará la seguridad de que si le hablamos, Él nos escucha y contestará nuestras oraciones.

Peticiones de oración

  • Que Dios nos enseñe a confiar y permanecer en Él.
  • Que los problemas no nos agobien, si no que nos den impulso para seguir buscando
    más de Dios y confiando en Él.
  • Que podamos mantenernos fieles a Dios y ser obedientes a su Palabra.
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La oración y la regla de oro

“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.” Mateo 7:7 RV1960

Cuando era pequeño disfrutaba de las cosas que los niños suelen hacer, como jugar, correr, reír y hacer amigos. Cada momento era aprovechado para la diversión, las salidas a la calle, las visitas a los primos, los paseos, e incluso aun en los momentos de estudiar y hacer tareas.

Nunca olvidaré aquellos años de mi niñez donde aprendí a depender de mis padres, y esta dependencia me hizo amarlos cada vez más, pues su amor los llevaba a preocuparse de mis necesidades y a su lado me sentía protegido y consentido porque lo tenía “todo” pues sabía que si necesitaba algo que fuera verdaderamente importante, podía obtenerlo sólo con abrir mi boca y pedirlo.

Dios es nuestro Padre Celestial, y al igual que un padre terrenal, nos ama y desea lo mejor para nosotros. Su Palabra dice: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (v.11).

El Señor desea vernos con salud y bienestar, y en su Divina Voluntad nos ha concedido una llave infalible para alcanzar nuestras metas y suplir nuestras necesidades. Jesús, en su tan conocido “Sermón del Monte” nos enseña esta regla de oro y nos garantiza su total efectividad: “Porque todo aquel que
pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”. (v.8)

Todo hijo busca en sus padres: amor, protección y sustento, ¡Cuánto más podremos hallar si acudimos a nuestro Padre Celestial, pidiendo por nuestras necesidades! El Señor está dispuesto a darte lo que necesitas, si acudes a Él en oración, si lo buscas con un corazón sincero y si lo llamas con fe, convencido en obtener una respuesta. ¡No desmayes!, todo tiene un proceso, y éste empieza con la oración. ¡Dios está esperando que des el primer paso!

Peticiones de oración

  • Que seamos como niños, confiando plenamente en la provisión de nuestro Padre
    Celestial.
  • Actuemos con Fe. Pidamos, esperando recibir. Busquemos, esperando hallar.
    Llamemos, esperando que las puertas se abran.
  • Que nada nos robe la bendición. Oremos y acudamos a Dios usando la Regla de Oro.