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¡No pasarás lo que yo pasé!

“Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor.” Efesios 6:4

Tengo grandes amigas psicólogas y maestras, a veces cuando nos reunimos para beber una taza de café, es muy común escuchar sus quejas diciendo: “Los padres traen a sus hijos pensando que los niños son un problema difícil de resolver, pero los que realmente son problemas difíciles de resolver son ellos”. Tristemente la mayoría de las veces esto es cierto.

La palabra “ira” en griego es “parorgizo” que significa: airar, encolerizar deliberadamente. Tal vez usted diga: “Jamás yo he hecho encolerizar a mis hijos deliberadamente”, y posiblemente sea cierto. Quizá no lo haga “deliberadamente” pero se ha preguntado cuando ve a su hijo “encolerizado”… ¿Qué fue o lo llevó hasta ese estado?

Recuerdo que cuando mi madre me disciplinaba por algo siempre decía: “Debo hacerlo por tu bien, para que no pases lo que yo pasé “. Esa es una frase muy común ¿verdad? Estoy segura que la mayoría de los lectores se identificarán con ella. ¿Quizá usted le dijo a su hijo o hija lo mismo alguna vez al disciplinarlo? En ese instante yo pensaba…¿Por qué tendría que pasar yo por lo que ella pasó? El dolor físico y mi enojo me alejaban cada día más de mi madre creando un muro en nuestra comunicación.

Yo Casi repetí estos patrones de disciplina con mis hijos, pero desde que empecé a conocer a Jesús a través de Su Palabra descubrí algo importante, cuando orábamos juntos conocía algo más de ellos, de sus sentimientos, de sus sueños.

La oración en familia sin duda es el mejor vínculo para la comunicación. Mantenga esta práctica con
sus hijos y sin duda ellos “jamás pasarán lo por lo que usted pasó”.

Un padre le dijo a su hijo: ten cuidado por donde caminas, el hijo le respondió: ten cuidado tú, recuerda que yo sigo tus pasos. Anónimo

Peticiones de oración

  • Oremos para que podamos mantener la comunicación en la familia.
  • Oremos para que Dios nos de la sabiduría para guiar a nuestros pequeños.
  • Oremos para que las presiones de la vida no rompan la armonía en nuestro hogar.
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Como niños aptos para escuchar

“Respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelasteis a los niños.” Mateo 11:25

Esta hermosa oración de Jesús mencionada en Mateo 11:25 fue una demostración de intimidad, sencillez y admiración ante el Padre. Una oración semejante a la de un niño.

Menciona a los niños como los únicos que tienen una fe sin cuestionamientos.” Aptos para escuchar”. Jesús recalca…“escondiste estas cosas de los sabios y los entendidos”.

Aquellos que creen saberlo todo, cierran sus oídos a las buenas nuevas que Dios nos da cada día. Los niños ven de una manera clara y sencilla aquello que para nosotros, los adultos, es complicado.

Para ellos, la clave es “obedecer”. No entienden por qué un adulto es infeliz cuando hay tantas cosas que los pueden hacer felices, si tan sólo siguen las reglas “por su bien” tal y como ellos han predicado.

Seamos sabios, aprendamos de los niños. Obsérvalos, analiza sus palabras, identifica lo que los hace sonreír, quizá al realizar estos pequeños pero edificantes ejercicios, podrás escuchar claramente la voz de Dios. No seas “sabio o sabia en tu propia opinión”. Cuidemos la intimidad de los niños con Dios a través de nuestro testimonio de obediencia. Después de todo, si los instruimos, sobretodo dando ejemplo, en sus caminos, jamás se aparatarán de Él, es una garantía de vida para ellos.

Aprende y conserva la sencilla y edificante humildad de un niño.

Prepárate para ser como ellos… “Aptos para escuchar”
“Los cristianos más útiles serán los que son sabios e inteligentes, y también niños”. John Broadus

Peticiones de oración

  • Oremos para que podamos cada día conservar la humildad de un niño para oír la voz
    de Dios.
  • Oremos para que cada miembro de nuestra familia camine en obediencia para su
    edificación.
  • Oremos para que podamos ser modelos para aquellos que Jesús llama “sus
    pequeñitos”.
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Déjalos venir a mí

“Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los Cielos” Mateo 19:14

El señor Jesús pidió que los niños se acerquen a Él, y que nadie lo impida, porque de ellos es el reino de los Cielos. Esta generación debe ser discipulada, capacitada para dar defensa de su fe, que cada niño sea un testigo de Jesucristo y que su tarea sea siempre el de discipular a otro niño para Cristo.

Cada familia debe dar lugar a los niños para que participen de los tiempos devocionales familiares, no debemos subestimar su capacidad de razonamiento y entendimiento de la palabra de Dios.

Deben ser parte de nuestras actividades evangelísticas, de las celebraciones dominicales, de nuestras capacitaciones para compartir el amor de Cristo, de nuestras metas y proyecto porque de ellos es el reino de los Cielos.

Debemos considerar a cada niño una tierra fértil para ser abonada, los niños son la riqueza de una comunidad, son la esperanza de la expansión y la mejor herencia para una Nación.

“No son los grandes hombres que transforman el mundo, sino los débiles y pequeños en las manos de un Dios grande” James Hudson Taylor

Peticiones de oración

  • Que cada niño en su escuela se convierta en un discipulador de sus compañeros y
    maestros.
  • Que los niños sean cuidados y respetados en sus casas.
  • Que cada niño y niña en el mundo pueda recibir amor, educación, comida y cuidado.
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El llamado de Abraham también es nuestro llamado

“El SEÑOR le dijo a Abram: Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré. Haré de ti una nación grande, y te bendeciré; haré famoso tu nombre, y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; ¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!”. Juan 15:7 RV1960

El pacto de Abraham no solo prometía que Abraham recibiría bendiciones, sino que él y su simiente serían de bendición a todas las naciones de la tierra. El mensaje que Dios dio a Abraham, era un llamado, que demandaba una oportunidad para bendecir y que debía recibir una respuesta de parte de Abraham, el mensaje debía llegar a todos los pueblos de la tierra.

La gran Comisión es el pacto Abráhamico, que a través de la iglesia, llevemos bendición y salvación a todos los pueblos y naciones de la tierra. Este pacto es el propósito inalterable de Dios.

Somos bendecidos para bendecir a las Naciones, no podemos solo considerar que en Ecuador termine nuestra labor de bendecir, tenemos un llamado, y debe ser cumplido. Como iglesia debemos participar del plan de Dios para las Naciones, que nadie perezca y todos procedan a arrepentimiento. Quedarnos con este regalo maravilloso que lo recibimos por gracias seria tal cual, tuviéramos la medicina que calma
el hambre de la humanidad y no la compartiéramos.

“La oración no es para cambiar los planes de Dios. Es para confiar y descansar en Su soberana voluntad” Martin Lutero

Peticiones de oración

  • Oremos por la iglesia en el mundo que esté cumpliendo la Gran Comisión y no esté
    haciendo una Gran Omisión.
  • Que seamos de bendición en nuestra familia vecinos y amigos para que otros conozca
    de su amor a través de ser testigos fieles.
  • Oremos que Jesús sea la cabeza de la iglesia y que se cumpla su voluntad en ella.
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La oración y la regla de oro

“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.” Mateo 7:7 RV1960

Cuando era pequeño disfrutaba de las cosas que los niños suelen hacer, como jugar, correr, reír y hacer amigos. Cada momento era aprovechado para la diversión, las salidas a la calle, las visitas a los primos, los paseos, e incluso aun en los momentos de estudiar y hacer tareas.

Nunca olvidaré aquellos años de mi niñez donde aprendí a depender de mis padres, y esta dependencia me hizo amarlos cada vez más, pues su amor los llevaba a preocuparse de mis necesidades y a su lado me sentía protegido y consentido porque lo tenía “todo” pues sabía que si necesitaba algo que fuera verdaderamente importante, podía obtenerlo sólo con abrir mi boca y pedirlo.

Dios es nuestro Padre Celestial, y al igual que un padre terrenal, nos ama y desea lo mejor para nosotros. Su Palabra dice: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (v.11).

El Señor desea vernos con salud y bienestar, y en su Divina Voluntad nos ha concedido una llave infalible para alcanzar nuestras metas y suplir nuestras necesidades. Jesús, en su tan conocido “Sermón del Monte” nos enseña esta regla de oro y nos garantiza su total efectividad: “Porque todo aquel que
pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”. (v.8)

Todo hijo busca en sus padres: amor, protección y sustento, ¡Cuánto más podremos hallar si acudimos a nuestro Padre Celestial, pidiendo por nuestras necesidades! El Señor está dispuesto a darte lo que necesitas, si acudes a Él en oración, si lo buscas con un corazón sincero y si lo llamas con fe, convencido en obtener una respuesta. ¡No desmayes!, todo tiene un proceso, y éste empieza con la oración. ¡Dios está esperando que des el primer paso!

Peticiones de oración

  • Que seamos como niños, confiando plenamente en la provisión de nuestro Padre
    Celestial.
  • Actuemos con Fe. Pidamos, esperando recibir. Busquemos, esperando hallar.
    Llamemos, esperando que las puertas se abran.
  • Que nada nos robe la bendición. Oremos y acudamos a Dios usando la Regla de Oro.
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Cuida tus palabras, edifica en amor

“No salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino solo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan.” Efesios 4:29

¿Has oído decir que la palabra tiene poder? Es por esto que Pablo hace referencia que de nuestra boca deben salir palabras de ánimo, estímulo, afirmación, afecto, admiración, agradecimiento, humildad, compromiso, apoyo, entusiasmo, palabras que piden o dan apoyo y consejo, que enseñan, que piden perdón y perdonan, que sanan heridas, que reconocen, que comparten. Si hacemos esto, también recibiremos lo que hemos dado.

El año pasado me visitó un paciente joven que llegó acompañado de su madre.

Al relatar su historia observaba mucho dolor y tristeza en su rostro, estaba muy sensible, de la tristeza profunda pasaba a la irritabilidad. Su madre comentaba que él, no tenía un proyecto de vida, no trabajaba ni estudiaba, y que pasaba todo el tiempo metido en casa y en ocasiones con sus juegos de videos, esto le preocupaba mucho a ella, pues su proceder causaba conflictos entre todos los miembros de la familia, incluyendo a su hermano menor.

Mientras la terapia iba progresando, él empezó a transparentar su dolor en las posteriores citas individuales. Su depresión se debía a las palabras despectivas y descalificativas que su madre y su hermano tenían para con él. Palabras como: ¡Eres un bueno para nada, nunca haces las cosas bien, inútil, vago, torpe! Mientras el joven las repetía, lágrimas cubrían su rostro; la frustración y la rabia eran evidentes puesto que él las había creído.

Este es el caso de muchos que sufrieron violencia verbal y psicológica, es hora de traer un cambio radical en nuestra manera de hablar. No permitamos que escenas como éstas se repitan, puesto que la palabra tiene poder.

“Las palabras bondadosas son la mejor música terrenal y esta música todo el mundo la puede tocar” Noel Clarasó

Peticiones de oración

Que nuestras palabras sean bondadosas y edificantes.
Cultivemos buenos hábitos, usemos palabras de bien para con nosotros y con los
demás.
Por sanidad y perdón con relación a la violencia verbal y psicológica ejercida en casa.

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Una oración con el corazón

“E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva , sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida , y no pasará navaja por su cabeza.” 1 Samuel 1:11

Esta hermosa historia es de una mujer llamada Ana, quien en medio de su angustia y desesperación, decidió clamar a Dios y pedirle que le conceda tener un hijo, ella luchaba con algunas de las mismas armas que están disponibles para las mujeres de hoy: lágrimas, oración, fe, pasión. Ana hizo una promesa y la cumplió al Señor, dedicar a su hijo a Su servicio.

En mi experiencia como coordinadora de Encuentros, generalmente ministro en la Palabra a las mujeres, con el tema de la Relación Madres e Hijos. En él les imparto también mis vivencias. Recuerdo cuando Parrish y yo, después de un período de oración, habíamos planeado tener a nuestro primer hijo, y al enterarnos que iba ser un varón, mi esposo decidió llamarlo Gerald David.

Gerald en honor a un misionero bautista que creyó en mi esposo y lo animó a ser Pastor, y David por uno de los grandes mentores y padre espiritual que Parrish halló.

Estos nombres marcaron su personalidad. Después de tres meses de nacido, nuestro hijo fue presentado en la Iglesia con una ceremonia hermosa
que yo sabía que era necesaria realizar para agradecerle a Dios por habérnoslo dado.

Lo más impactante no fue la presentación de Gerald, sino ver a mi esposo tomar al niño en sus brazos y hacer una oración para consagrarlo. Gerald es doblemente bendecido por este acto de Fe que el Señor nos llevó a realizar.

Continuamente veo mujeres pidiendo como Ana, por un hijo. Mujeres deseosas de encontrar su milagro, algunas de ellas el Señor ya les respondió y otras aún siguen esperando respuesta. Apreciadas hermanas no desmayen, sigan buscando y clamando con Fe a Dios, Él no tarda en contestar. Y si usted es madre, entregue y dedique sus hijos al Señor, pues El hará con ellos según sea su santa y perfecta voluntad.

Peticiones de oración
  • No declines en la oración, agarra tu bendición, espera en Jehová y Él te responderá.
  • Consagra tus hijos al servicio del Señor.
  • Mientras esperas tu respuesta, enfócate en lo que tienes, y no dejes de darle gracias a Dios en todo y por todo.
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Valientes y bondadosas para cuidar

“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas, ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.” Josué 1: 9

La Real Academia Española define la valentía como esfuerzo, aliento, vigor. Incluso un hecho o hazaña heroica ejecutada con valor. Una de las historias bíblicas que me impacta por la muestra de valentía de una madre, es la de Moisés. Después orar mucho al Señor y pedirle dirección, para salvar al bebé de la mano de Faraón. Ella, junto a su hija Miriam se ingenian para colocar dentro de una canasta al niño, y lo dejan flotar en el río, librándolo de una muerte segura.

Hazañas como éstas se repiten hoy en día, esta vez una madre no salva a su hija de la persecución de un líder, pero sí la rescata de morir a causa de una enfermedad a nivel emocional.

Una adolescente de dieciséis años a quien diagnosticaron Síndrome de Asperger, que es un trastorno del espectro autista, con dificultades en el área social, quien lo padece se vuelve agresivo, obsesivo, compulsivos y tienen pensamientos de suicidio.

La señora y su esposo decidieron internarla en el hospital de Neurociencias, esto implicaba que la madre se quedara todos los días acompañando a su hija, padeciendo malas noches, presenciando lo que otras pacientes sufrían, e incluso ver a su hija ser amarrada a la cama por su conducta agresiva.

Fui a visitar a esta joven, su rostro mostraba angustia y desesperación a causa de su enfermedad. A pesar de las luchas constantes su madre no dejó de impartirle la confianza en el Señor, siempre le recordaba que Dios la sanaría, pero que era necesario cumplir los procesos. Hoy la joven ya está en su casa, y sigue recibiendo su tratamiento. Su madre continúa luchando hasta conseguir que su preciosa hija se recupere de esta enfermedad.

Hay esperanza, queridas madres, no dejemos de seguir cuidando y velando por la salud integral de nuestros hijos e hijas, que son nuestro especial tesoro. Vale la pena luchar.

Peticiones de oración

Pedir a Dios fortaleza para alcanzar la valentía.
Encontrar consuelo y ayuda a través de un grupo de acompañamiento idóneo.
Imitar buenos ejemplos de madres que nos inspiren a continuar luchando.

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El hoy es suficiente por hoy

“Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy.” Mateo 6:34

Hemos escuchado varias veces la frase “Vivir un día a la vez” y por más que intentamos hacerlo, en la gran mayoría de los casos resulta algo imposible. Lo que sucede es que olvidamos leer el versículo anterior que nos dice: “Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesitan”.

Cuando buscamos el Reino de Dios; es decir, una mentalidad que ame a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como uno mismo, entonces llegaremos al nivel de no preocuparnos por el mañana y comenzar a ocuparnos por el hoy, por lo que nos toca hacer en el presente, porque los problemas de hoy son suficientes como para estar preocupado por los de mañana.

Así que, no olvidemos que el vivir un día a la vez está lejos de la fuerza de voluntad o de seguridades, entendamos que no depende de nosotros, sino de la búsqueda del Reino de Dios por medio de disciplinas espirituales que nos permitan desarrollar el carácter de Cristo en nuestra vida.

Cada día trae sus propios problemas.

Peticiones de oración

Por dirección y fortaleza para vivir un día a la vez.
Para establecer disciplinas espirituales en nuestra vida

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Tiempo y tiempo

“Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.” Eclesiastés 3:11

En el idioma griego encontramos dos palabras que traducen “tiempo”, la primera es kronos, que tiene que ver con el tiempo que es posible contabilizar, contar, medir, es el tiempo como normalmente lo conciben los seres humanos; la segunda palabra es kairos, que se refiere al tiempo de Dios que no puede ser contado, sino que está vinculado con el cumplimiento perfecto de las cosas.

Cuando el autor de Eclesiastés nos dice que todo lo hizo hermoso en su tiempo, está usando el tiempo de Dios y esto quiere decir que frente a todas nuestras peticiones, Dios las cumplirá en el tiempo perfecto si es que así lo decide Su voluntad soberana.

Y si acaso Dios no llegase a responder, pues eso ya es una respuesta de que no es la voluntad de Dios conceder lo que se pidió. Ahora, todo padre o madre clama por su familia, pero muchas veces espera resultados en el tiempo kronos, en lugar de esperar en el tiempo kairos; es decir, en el tiempo perfecto en que se den las cosas.

El tiempo de Dios permite que todo sea hermoso.

Peticiones de oración

Para aprender a esperar en Su tiempo y no en el nuestro.
Por dirección para aceptar Su soberana voluntad.