“Les digo la verdad: si no cambian y se vuelven como un niño, no podrán entrar jamás al reino de Dios.”
Mateo 18:3
Una pareja de amigos me invitaron a un almuerzo en su casa para celebrar un día especial para ellos. Después de haber servido meticulosamente los deliciosos manjares en la mesa y cuando estábamos listos a ingerir nuestro primer bocado, su pequeña hija de 5 años alzando su voz dijo: “¡Alto!, no hemos orado por los alimentos”.
Percibí un rostro de angustia en sus padres y sus tíos quienes habían sido invitados también. La hermosa niña inmediatamente levantó una plegaria pidiendo provisión a Dios para sus vecinos, para los gatitos que nacieron en la casa de su amiguita, para Pablito, el hijito de la señora de la tienda que necesitaba zapatos de color café, para sus papitos, sus tíos, sus primos etc, etc… y por supuesto, de una manera cordial finalizó su casi interminable oración diciendo: y por Anita quien está aquí hoy”.
Su papá dulcemente le dijo: “Mi amor, no necesitas pedirle a Dios de esa manera.
El conoce lo que cada uno de nosotros necesitamos”. Ella le respondió espontáneamente: “Papito, Pablito quiere zapatos nuevos pero él no sabe orar, yo le pedí a Jesús el color de zapatos que su mamá dijo que necesitaba ¡Hay que pedirle a Dios el color de los zapatos!”. Su madre, quién seguramente la aleccionó, sonrió.
La conversación cambió abruptamente, pero la respuesta de esta dulce niña me dejó pensando.
¿Alguna vez usted le pidió a Dios de una forma detallada aquello que lo hará feliz, aquello que su corazón anhela? ¿Le ha preguntado a Dios si lo que usted desea está de acuerdo con Sus propósitos? Comparta con Él detalladamente a través de una hermosa e íntima oración lo que anhela. Él siempre toma en cuenta “el color” en sus oraciones.
“La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras.” Jean Jackes Rousseau
Peticiones de oración
- Oremos para que nuestros hijos conserven esa hermosa intimidad con Dios.
- Oremos para conocer la perfecta voluntad de Dios en nuestras vidas.
- Oremos por nuestra comunidad, para que jamás les falte la provisión en sus hogares